EL PÁNICO A LAS AGUJAS ES UNA REALIDAD

¿Sabías que muchas personas tienen pánico a las agujas? Se desmayan, lloran, tienen náuseas, palpitaciones o hasta incluso dificultad para respirar y ataques de pánico con sólo ver una aguja.

De hecho, puede llegar a ser un serio problema cuando interfiere en temas de salud como las vacunas o los análisis de sangre.

A este miedo irracional a las inyecciones o agujas médicas se le conoce con el nombre de tripanofobia.

LA TRIPANOFOBIA

De niños, casi todos tenemos tripanofobia. Y aunque suele desaparecer a medida que nos hacemos mayores, en algunos casos sigue estando muy presente. Las agujas suelen ser una fuente de angustia para los niños, pero también para sus padres y los profesionales sanitarios que les atienden. Si no abordamos adecuadamente el momento del pinchazo en edades tempranas, puede ser que nuestro miedo a las agujas persista y que se agrave hasta el punto de que queramos evitarlas por todos los medios posibles.

Un estudio publicado en 2018 que revisó 119 artículos de investigación originales sobre la tripanofobia, de los cuales 35 contenían información suficiente para realizar un metaanálisis, arrojó los siguientes resultados:

• La mayoría de los niños mostraron miedo a las agujas, mientras que las estimaciones de prevalencia oscilaron entre el 20 y el 50% en los adolescentes y entre el 20 y el 30% en los adultos jóvenes.
• En general, este miedo disminuyó con la edad.
• Tanto el miedo a las agujas como la fobia a las agujas eran más frecuentes en las mujeres que en los hombres.
• El 16% de los pacientes adultos, el 27% de los empleados del hospital, el 18% de los trabajadores de los centros de atención a largo plazo y el 8% de los trabajadores de la salud en los hospitales, evitaron la vacunación contra la influenza debido al miedo a las agujas.

Resultados parecidos se obtuvieron en una encuesta realizada por Aspen Pharma en Reino Unido que incluyó a 2.700 personas.

¿EN QUÉ CASOS SUELE APARECER DICHO TRASTORNO?

Algunos niños muestran desde muy pequeños un pánico real a las agujas. Este pánico es más evidente porque ellos se enfrentan además a un calendario de vacunación que tienen que cumplir. Cada vez que se aproxima la fecha de la siguiente vacunación empiezan a experimentar todos los efectos físicos y psicológicos propios de la tripanofobia.

La falta de un manejo adecuado durante la vacunación expone a los niños a un sufrimiento innecesario y puede ser el origen de consecuencias a largo plazo, como el temor a las agujas y a la atención sanitaria.

Los niños entre 4 y 14 años expresan sus deseos de ser preparados con antelación a la vacunación y solicitan técnicas para disminuir el dolor durante el procedimiento.

Cuando hablamos de vacunación infantil, según el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), son necesarias unas guías de recomendaciones para reducir el estrés en el momento de la vacunación, conseguir una mayor adherencia a los calendarios de vacunas y reducir las posibles secuelas psicológicas con experiencias negativas previas.

La Asociación Española de Pediatría en su blog “En Familia AEP” incluye una serie de recomendaciones para aliviar el dolor de la inyección que se han resumido en el apartado anterior, siendo éstas diferentes según la edad del niño.

Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja incluir técnicas para mitigar el dolor durante la vacunación.

Pueden verse también los consejos para la población adulta en el apartado anterior.

LA VACUNACIÓN MASIVA CONTRA LA COVID 19

El virus de la Covid 19 ha provocado una pandemia global que ha cambiado nuestra forma de vida cotidiana. Tras un año convulso, en el que hemos tenido que afrontar el reto de una enfermedad nueva y desconocida, finalmente han aparecido las vacunas.

Para lograr la inmunidad de grupo es necesario que un porcentaje importante de la población se vacune contra el virus. Nos encontramos en un momento crucial ya que las personas con tripanofobia podrían optar por no vacunarse con el consiguiente efecto nocivo sobre la sociedad en general.

Es por este motivo que ahora más que nunca es importante hacer una campaña de concienciación que ayude a estas personas a superar este trastorno.

BELLEZA Y TATUAJES

En la dermatología estética el uso de las agujas es cada vez más habitual. A modo de ejemplo basta citar el aumento de personas que se tatúan y el acceso cada vez mayor al bótox en la población general.

En estos casos se recomienda seguir las mismas técnicas a las que nos hemos referido anteriormente, recalcando la eficacia de aplicar un tratamiento tópico que ayude a aliviar/evitar el dolor del pinchazo. Su aplicación deberá hacerse con suficiente antelación para que éste haga su efecto.

Los anestésicos tópicos son uno de los elementos que pueden resultar de ayuda a la hora de afrontar el miedo a las agujas ya que se utilizan para aliviar uno de los componentes de este miedo: el dolor.

La anestesia tópica se aplica de variadas formas dependiendo del anestésico utilizado (lidocaína, prilocaína, combinaciones de ambas, etc) y de su modo de presentación (crema, ungüento, pomada, spray, etc).

Una de las presentaciones más utilizadas para aliviar el dolor del pinchazo suele ser la crema.

La crema ha de aplicarse el tiempo necesario antes del pinchazo y, según la crema que estemos utilizando, recubrir esta con un apósito impermeable al aire y al agua. En ausencia de apósito se puede recubrir con un film de plástico transparente. Esto facilita que la piel de esa zona no pierda agua por transpiración, aumentando la hidratación de la misma. A más hidratada esté la piel, menos resistencia tendrá el anestésico para penetrar la epidermis y la dermis con el objetivo de llegar a las terminaciones nerviosas periféricas, bloquear el impulso nervioso y de esta manera impedir la transmisión del dolor.

Se aconseja hablar al respecto con nuestro médico y leer el prospecto del anestésico que vayamos a utilizar antes de ponérnoslo. La aplicación es fácil y la puede hacer uno mismo en casa antes de acudir a la cita con el profesional que nos pondrá la inyección.

LA IMPORTANCIA DEL PERSONAL SANITARIO

El personal sanitario puede ser de gran apoyo para las personas con tripanofobia que se enfrentan a un pinchazo.

Su rol es fundamental, ya que pueden prepararnos de forma adecuada y aconsejarnos sobre cuál puede ser la mejor manera para afrontar cada situación en particular.

Por ello es recomendable hablar con el profesional que nos atienda y explicarle nuestros miedos.